ÓSCAR VERSUS GOYA

Si hace unas semanas se celebraba la entrega de los premios Goya, el pasado 24 de febrero le tocaba el turno a los premios de la academia o más conocidos como “Los Oscar”. Este premio lo concede como ocurre en nuestro país, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, otorgándose en reconocimiento de la excelencia de la industria cinematográfica, tanto a actores, como directores, guionistas, efectos especiales…

El ansiado galardón se entrega durante la celebración de una de las galas más populares, y de mayor prestigio del mundo. El acto tiene lugar en el Teatro Dolby, y sigue una estructura muy parecida a la entrega de nuestros Premios Goya; los invitados comienzan a llegar tres horas antes de la gala, en la que una inmensa alfombra roja, sin ningún logotipo ni patrocinador (ya que esta gala la financia íntegramente la Academia), decora la entrada del teatro donde todos los invitados posan ante los medios de comunicación, a diferencia de los Goya el presidente de la Academia, Hawk Koch, no recibe a sus invitados en puerta, sin embargo si pronuncia su discurso tras las entrega de los primeros premios, que suelen ser las categorías técnicas.

En el caso de los Oscar, 6 semanas antes de la ceremonia, se celebra una rueda de prensa en la que se dan a conocer públicamente los finalistas de los premios, en todas las categorías serán cinco, exceptuando los nominados la mejor película que serán nueve, no ocurre lo mismo en el caso español, los finalistas en todas las categorías son cuatro, y unas semanas antes de la gala se celebra un acto al que asisten todos los finalistas y en el que se entrega el Goya de Honor.

La gala tiene un maestro de ceremonias, para esta edición, el honor recayó sobre Seth MacFarlane, quién condujo el acto, y fue dando paso a los actores y actrices que fueron nombrando a los ganadores de la preciada estatuilla, los premiados tienen un pequeño espacio de tiempo para agradecer el galardón. Previamente han sido advertidos de la “obligada” brevedad de su discurso, es un requisito indispensable para no eternizar una gala que ya de por si es larga, aproximadamente cuatro horas.

Todos los años la ceremonia tiene una temática diferente, en esta estuvo marcada por el homenaje a los musicales, y a los 50 años de la creación de James Bond, sin embargo la gala de los Goya no es lo habitual que este marcada por una temática común pero si bien es cierto, que para amenizar la entrega de premios se intercala con alguna actuación musical o humorística.

También todos los años hay un lugar para el recuerdo con un espacio “in memoriam” para todos aquellos ausentes, otro paralelismo con la ceremonia española.

La anécdota de la noche estuvo protagonizada por Jennifer Lawrence a la que los nervios y el aparatoso vestido que lucía, le jugaron una mala pasada, al subir la escaleras del escenario para recoger el Oscar a la mejor actriz, dio un tropezón con la consiguiente caída, en estos momentos nos preguntamos

¿Cómo es posible que en una gala cómo esta, en la que es frecuente que las actrices luzcan modelos “imposibles”, no hay nadie que las acompañe al subir las escaleras?

Pero sin lugar a dudas este año el momento estelar lo protagonizó la primera dama Michelle Obama, que a través de una pantalla gigante y en conexión en directo con la Casablanca, se comunico con todos los asistentes dando la bienvenida a la Casablanca, y realizó un breve discurso en el que elogió a los nominados y agradeció su esfuerzo, animando en especial a los más jóvenes a que sigan creyendo en ellos mismos para conseguir sus sueños.

El actor, Jack Nicholson fue el encargado de presentar las nueve películas nominadas, y fue la misma Michelle Obama la encargada de anunciar el ganador del Oscar al a mejor película, Argo, dirigida y protagonizada por Ben Affleck, siendo la cuarta vez en la historia de estos premios en la que una película no recibe el galardón a mejor director y mejor película.

Tras la ceremonia, los ganadores posaron con sus estatuillas y continuaron celebrando en las fiestas privadas posteriores a la gala, como sucede en los Goya.