ALUMNOS DE LA EIPG REALIZAN PRÁCTICAS DE VERANO EN EL HOTEL ROBINSON CLUB (por Montse González Sanz )

¡Hola a todos!

rob00Soy Montse González y estoy cursando 2º curso del Diplomado de Organización de Eventos, Relaciones Institucionales y Protocolo.
Os quiero contar mi fantástica experiencia en una de las prácticas a las que la Escuela Internacional de Protocolo nos ha convocado este verano.
Nos citaron para participar en la organización de un enlace matrimonial en el Hotel Robinson Club Playa Granada, en Motril,


pero en este caso no era un enlace normal, era la boda más importante del año en Robinson Club, ya que se trataba del enlace del Alcalde de Albolote y Diputado a Cortes, el Sr. Pablo García Pérez y su prometida, María José Gálvez Gallardo.

Pues bien… el día 6 de septiembre de 2014 a las nueve y media de la mañana, mis tres compañeras y yo enfilamos camino a Motril desde Granada. Al llegar al Hotel Robinson, nos reunimos con Lydia, Coordinadora de Eventos del Hotel, para desayunar y empezar a organizar nuestro trabajo. Visitamos las instalaciones de tan maravilloso hotel, conocido como el hotel de los alemanes por ser una cadena de dicha nacionalidad y tener un altísimo porcentaje de residentes y empleados germanos. Poco a poco empezamos a entender el porqué de la elección de dicho enclave para la celebración del enlace que aquella misma noche tendría lugar. Con todo detalle de lujos y en un idílico paraje abierto al mar, empezamos nuestro trabajo.

La primera tarea que se nos encomendó fue la recepción de invitados que se hospedaban en el Hotel, desde llevar a cabo el check-in, ubicarlos en sus habitaciones correspondientes, explicarles que estaban en un Hotel con todo incluido del que podían disfrutar de su alto estándar de calidad, darles los horarios del buffet, apuntarles información sobre la hora de salida de un autobús que los llevaría hasta la Iglesia…

rob01Aquí en nuestro punto de trabajo, listas para atender a todos los invitados que iban llegando para hospedarse en el Hotel.

Tras recibir a todos los hospedados, nos fuimos a disfrutar del buffet y tomar un descanso en el cual pudimos deleitarnos con todas las instalaciones y servicio todo incluido que se ofrece a los clientes. Durante este tiempo de descanso, también ofrecimos ayuda a la hora de montar las mesas y decorar con todos los bonitos detalles que harían mágica la noche de los recién casados.
Después de tomar algo con preciosas vistas al mar, darnos un bañito en la piscina y dejar casi ultimada toda la zona donde tendría lugar el banquete, pudimos tomar una ducha y prepararnos para la segunda jornada de trabajo.

rob02Aquí volvemos con las pilas cargadas para seguir con nuestro trabajo.

A las seis de la tarde quedamos en la puerta del Hotel. Ahora nuestra función era otra: encargarnos de que todos los invitados estuvieran a la hora exacta en el hall para la salida de un autobús que los llevaría hasta los pies del monte del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, lugar elegido para la ceremonia religiosa del enlace.

Mientras se celebraba dicha ceremonia, tuvimos tiempo para ultimar los miles de detalles y repasar por última vez nuestras funciones del día.

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Zona del banquete y detalles del mismo.

Antes del retorno de los invitados de la Iglesia al Hotel, nos dividimos en parejas para poder abarcar las distintas tareas que teníamos que desempeñar a la hora de la llegada masiva de tantísimos asistentes, por lo que dos compañeras se fueron a la entrada para dar la bienvenida a todos los invitados y ofrecer a las señoras unas modernas ventosas para que los tacones no se clavaran en el césped, detalle que sorprendieron y agradecieron todas. Otra compañera y yo nos dedicamos a indicar el camino hacia un photo call, para que los asistentes se hicieran fotos de recuerdo, luego les invitábamos a una copa de vino y tapa de jamón serrano e informábamos de que el asiento de las mesas era libre, y que disponían de un inmenso número de carpas con buffet libre de todo tipo de alimentos, desde comida japonesa, pescado a la plancha, carne a la brasa, verduras, frutas, dulces…

Una vez que se encontraban situados todos en las mesas y listos para comer, terminaba nuestro trabajo. Aun así nadie se esperaba la siguiente sorpresa: un divertidísimo show de cantantes, malabaristas y bailarines dispuestos a amenizar la velada.

Sin duda, aprendimos muchísimo, ya que la organización de la boda tenía un altísimo nivel por la cantidad de detalles y detalles y detalles que teníamos que tener en cuenta. Creo que se buscaba algo diferente, y estoy segura de que con la gran organización y trabajo de todos, bajo la luna llena y a muy pocos metros del mar, se consiguió el objetivo buscado.

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