Artículo extraído del Diario Ideal del 30/01/2016.

Una gira de un jefe de estado está causando gran revuelo al doblegarse el protocolo al dinero

PABLO AMATE. El protocolo se inventó para que no surgieran estos temas y todo lo que les voy a contar aquí, lo he vivido en otro tiempo en primera persona. Para los escépticos o los que no me crean, lo puedo demostrar oficialmente. Este jefe de estado que anda de visita ahora por Italia ha provocado el tapado de todas las estatuas desnudas para no ofender su hábitos religiosos. Es algo ridículo, especialmente cuando pasa bajo techos con desnudos pintados por Miguel Ángel. No entiendo la bajada de pantalón del protocolo italiano -veremos si ocurrirá también aquí en España, su próximo destino- al eliminar de cualquier cóctel y comida todo tipo de vinos.

Hace pocos años llegaba yo desde Tarifa a Tánger donde me recogía un gran alto cargo diplomático español, pero antes teníamos un almuerzo en uno de los palacios propiedad de un familiar del rey de Marruecos. Yo iba con la boquita seca, pensando en la cerveza (por cierto muy buena la marroquí Casablanca) que me iba a tomar al llegar a tan interesante comida. Pero era inicios de Ramadán y solo pude tomar Fanta, y además templada. Asumí y comprendí.

Pero en Moncloa, cuando venía algún presidente de gobierno, por lo menos en tiempos de Felipe González, se servía vino, refrescos varios y agua. Y cada cual elegía lo que quería tomar. Lo que no se hacía era prohibir nuestros vinos en las comidas, en la propia España. ¿Qué es eso de ‘no molestar’? Habría que recordar que la visita es en España y el invitado viene a nuestro país. Y yo si quiero entrar en una Mezquita, aunque sea en las muchas que hay en España, me descalzo. Pero el dinero es poderoso caballero.